Para Gilles Deleuze, la Filosofía ha operado bajo una imagen de pensamiento implícita que restringe lo que el pensamiento puede y debe hacer. Él busca desmantelar esta imagen y proponer una diferente.

Imagen del pensamiento tradicional o dogmática

La imagen de pensamiento en occidente ha sido dogmática, que presupone ciertas cosas sobre el pensamiento que no son cuestionadas y que limitan su verdadero potencial:

  • El buen sentido y el sentido común: Se asume que todo el mundo tiene una facultad natural para “pensar correctamente”, que busca la verdad y que hay un “buen sentido” universal que nos guía.
  • Reconocimiento: El pensamiento se reduce a un acto de reconocimiento de lo “ya dado”, lo familiar. Pensar es identificar y clasificar, no crear y producir de nuevo.
  • Identidad y fundamento: Se presupone que el pensamiento opera sobre la base de la Identidad y busca fundamentos estables. La Diferencia es vista como una desviación de la identidad, algo a ser superado o subsumido.
  • Representación: El pensamiento se extiende como una actividad representativa, donde las ideas son copias y reflejos de una realidad externa o de formas ideales.
  • El pensador como Sujeto y el Objeto como Objeto: Hay una clara distinción entre un sujeto pensante y un objeto pensado, y el pensamiento se orienta a comprender ese objeto.
  • Lo Verdadero como Objetivo: Se asume que el propósito del pensamiento es alcanzar la verdad, que es única, coherente y preexistente.

Para Deleuze, este tipo de imagen domestica el pensamiento, lo vuelve reactivo en lugar de creativo, y lo ciega a la diferencia radical y al Devenir. Bajo esta imagen, el pensamiento no puede captar lo nuevo, lo caótico o lo paradójico.

Nueva imagen del pensamiento (crítica y problemática)

Se acerca mucho al Budismo Zen. Esta no se basa en el reconocimiento, sino en el problema y la diferencia:

  • Pensamiento sin imagen: El objetivo es pensar “sin imagen” en el sentido de liberarse de la imagen dogmática. Es decir, el pensamiento no tiene presupuestos que lo restrinjan.
  • La Diferencia como primaria: En lugar de la identidad, la diferencia es fundamental. El pensamiento no busca reducir la diferencia a la identidad, sino que la persigue, la afirma y la potencia.
  • El problema como motor: El pensamiento no parte de soluciones o verdades preestablecidas, sino de problemas. Un problema no es una pregunta con una respuesta conocida, sino una fuerza que impulsa el pensamiento a crear sus propias respuestas, a producir conceptos y a abrir nuevas posibilidades. Me recuerda al Plano de inmanencia.
  • Encuentro y violencia del pensamiento: El pensamiento no es un acto sereno o natural, sino que surge de un encuentro que fuerza el pensamiento. Es un evento que nos arrastra fuera de nuestros hábitos y nos obliga a pensar lo impensable, lo que o encaja en las categorías existentes. Hay una violencia inherente en este encuentro que perturba las certidumbres.
  • El Pensamiento como Devenir: El pensamiento está en constante devenir, siempre abriendo nuevas líneas de fuga y transformándose junto con aquello que piensa. No busca un punto final o una verdad absoluta.
  • El Plano de inmanencia: Esta nueva imagen del pensamiento se desarrolla sobre el plano de inmanencia, donde no hay instancias trascendentes que le dicten cómo debe operar. El pensamiento y lo real son co-constitutivos en este plano.

En resumen, la imagen del pensamiento se refiere al conjunto de presupuestos inconscientes que determinan cómo entendemos y practicamos pensar. Mediante el Plano de inmanencia, Deleuze busca liberar el pensamiento para que sea una fuerza verdaderamente creativa, capaz de afirmar la diferencia, resolver problemas inéditos y producir lo nuevo, en lugar de simplemente reconocer o representar lo ya existente.